martes, 29 de marzo de 2011

Realidad

Realidad, ¡realidad!, ¿realidad? ¿Qué es la realidad? ¿Alguien tiene una manera de describírmela? Debería empezar por describir mi propia realidad, mi manera de pensar y percibir la realidad, mi pequeña realidad basada en el surrealismo, o mi surrealismo basado en la realidad, lo que intento hacer es solo un juego de palabras que haga entender como percibo el mundo, y no es que mi manera de pensar sea especial o distinta, porque en definitiva, todas las maneras de pensar son especiales y distintas. Entonces ¿Qué puedo tener yo de especial? Si solo soy una persona más caminando en la gran utopía realizable, irónico, pero fue eso lo que intente decir.
¿Por qué llamar al mundo una utopía realizable? ¿Por qué llamar a la realidad la mayor muestra de surrealismo? Simple, esa es mi manera de pensar, y es que todo lo que me rodea me parece tan surrealista, tan irrealizable que me hace pensar que en cierto mundo, este mundo, es la dimensión paralela a los sueños de algún loco que vive en el verdadero mundo real (hare de confesar que esa idea me llenaba mas cuando tenía los 5 años de edad que hoy en día) aunque no, definitivamente esto tiene que ser real. Esta es una sociedad surrealista (reiterando una vez más en el surrealismo) y es que, se supone que todos fuimos hechos con un fin, y en nuestra minoría la realizamos, esta sociedad no está descompuesta, es solo que fue creada por algún genio de la talla de Salvador Dalí para entretenerse un poco.
¿En qué me baso? Puedo explicarlo, y sé que aun así muchos serán incapaces de entender o de apoyar mi manera de pensar, cosa que no me preocupa, yo tampoco apoyaría la suya.
La realidad dice “hombres con mujeres, mujeres con hombres” y el surrealismo dice “todos pueden estar con todos” ¿es la homosexualidad un término de la realidad? Porque a mí me parece más una escena de “el jardín de las delicias” de Hieronymus Bosch. Incluso Dios parece ser una parte más del surrealismo, desde mi perspectiva, Dios es la máxima expresión del surrealismo, en el cual creo infinitamente, aunque como todo hombre, con grandes miedos de seguirle, ¿Cómo seguir lo que no se conoce en su totalidad? Y es cuando en respuesta de esta cuestión entra la fe, un concepto demasiado complejo para caber en dos letras, y demasiado irreal como para pertenecer a la realidad –que recalcando, no estoy llamando utópico como al resto de lo que he plasmado-.
Realidad, religión, surrealismo, utopía, ironía. Son estos, los conceptos que relaciono cada día, la realidad dice que es difícil el amar a todo mundo, pues el amor es algo que solo se da con aquellas personas con las que tenemos grandes lazos imaginarios que nos unen. La religión dice que debemos amarnos los unos a los otros, ¿se referirá acaso y más bien, a por lo menos respetarnos? El surrealismo, ¿Qué tiene que opinar el surrealismo ante el amor? ¿Qué tiene que opinar MI surrealismo sobre el amor? Pues que el amor, es parte del surrealismo, el amor es parte de todo, y en su vez  de nada, deberíamos apasionarnos con todo lo que hacemos y nos rodea, amarlo, pero sería utópico, es difícil amar a todo y a todos, es difícil en ocasiones incluso el amarnos a nosotros mismos. El amor es utópico, es difícilmente concebible. El amor es irónico, gran parte del tiempo terminamos amando a alguien que nos lastimará, aunque esa no sea su intención. El amor, desde mi perspectiva, en pocas palabras para no hacer esto aun más largo, es un juego de Dioses, que vale mucho la pena jugar cuando se es humano, aun a cuestas de sus consecuencias.
La sociedad, ¿Por qué defino a la sociedad como irreal? En este punto, aun conservo una discusión, sobre definir la realidad como un surrealismo o los ideales sociales como una utopía.
Me parece tan surrealista que el dinero sea más valioso que las vidas mismas, ¿o será acaso utópico que una vida pueda más que el dinero? Me parece tan surrealista ver familias separadas, si se supone que una familia tiene padre, madre e hijos, ¿o será acaso que es utópico el ver felicidad uniendo a todas las familias? Si los políticos pueden dormir en el trabajo, ¿en estos momentos estará durmiendo Dios? ¿Será por eso que todo esta tan mal? ¿Será de hecho que está muy bien según la realidad, y es solo un ideal utópico el que mejore?
El cielo me parece surrealista, pues me muestra un poco mas de realidad que la sociedad sin necesidad de vida real.
Sucede que creo que las cosas no suceden como deberían, entonces no se si llamar a ese “como deberían” algo utópico, o llamar a “las cosas” surrealistas. Parece como si las cosas, los objetos de un momento a otro fueran a saltar de sus lugares para reírse en nuestras caras.
La hipocresía, otro gran referente en mi vida, ¿y qué es lo que creo sobre la hipocresía? ¿Realmente es dañina? ¿Realmente somos las bestias que odian la hipocresía aun siendo sus grandes usuarios? Y no sé si en esto estoy mal, más de una vez he pensado en esta errado, y más de una vez he sido usuario de la hipocresía, tan solo con el ideal de no herir a la gente que por extrañas circunstancias tienen un agrado hacia mí. ¿Debería reventar en sus rostros para que se alejen de mí? ¿O es mejor que use mi surrealista imaginación para pensar que algo de bien puedo encontrar en ellos? Ya sea por el placer que me produce el surrealismo o la paz que me puede en determinado momento hacer sentir las sonrisas de la gente que me rodea, creo que las cosas están bien así, aunque aclaro, no soy hipócrita con todo el mundo.
Y no soy el único en este mundo que ve el surrealismo como una escapatoria, no creo ser el único en este mundo que alguna vez le uso, para pensar en una mejor realidad –otra surrealista realidad-.
En determinados momentos, es fácil querer escapar de mi surrealismo, o de mi realidad, como es que sea más correcto verle, pues es tan toxico, tan dañino a veces el estar vivo.
Y en este momento alguien podría pensar “¿si piensas así, porque no te has suicidado desde hace ya algún tiempo?” ¿Debería suicidarme? Jajá, no, no le encuentro la gracia, aunque mi manera de pensar así lo hace parecer, creo que la vida vale demasiado la pena. Amar y ser lastimado, no sé si valga la pena, `pero siempre tengo un poco de ganas de amar. Seguir adelante, no sé si valga la pena, pero quiero seguir cada día un poco más. Algunos dirían que el pesimismo abunda en mi vida, yo le llamo un realismo optimista, no niego que mi realidad –o surrealidad- es tal vez pésima, tal vez mala, pero tengo ganas y un poco de hambre de seguir. Y aun así, sé que hay momentos de mi vida que han valido muchísimo, no desprecio ningún momento de mi vida, pues todos los momentos son buenos mientras dejen un aprendizaje, porque se trata de aprender, y si sufrir me hace aprender algo, llamaré a ese sufrimiento como bueno. Y si los momentos felices en si no me enseñan mucho, fingiré que obtuve la lección de que la vida vale la pena, lección que ya aprendí hace mucho aunque no lo parezca.
Y justificar mi comportamiento no es algo que intente hacer, pero si es necesario, debería hacerlo, solo por la obligación que esto significa, pero hoy estoy de humor para hablar de eso.
Amo estar solo  a sabiendas de que en alguna parte del mundo hay un amigo que me acompañará cuando lo necesite, y odio estar rodeado de gente y saber que el día que muera nadie siquiera llorará por mí.
Amo escuchar música más que mi propia mente, pienso demasiado, y la música es algo así como una droga que me hace pensar en cosas no tan malas.
Amo dibujar, creo que no soy del todo talentoso, pero soy apasionado. Cualquiera puede llegar y decirme “no tienes talento” pero nadie puede decirme que no tengo pasión.
Amo de repente observar algo que a la mayoría le parece insignificante, si la vida está hecha de pequeños detalles, quiero llenarme de vida.
Amo ser yo, aunque a veces no tanto.
Amo expresarme, aunque todos me vean raro.
Amo ser diferente, aunque algunos piensen que soy infantil.
Amo apasionarme, aunque a veces la pasión se vuelva un martirio.
Amo reír, aunque a veces no sepa el motivo.
Amo aprender, aunque aprender sea doloroso en ocasiones.
Amo ver el cielo, aun sabiendo que nunca lo alcanzaré.
Amo ver a la gente sonreír, aunque de repente en mis depresiones crea que no existe ningún motivo que lo valga.
Amo de repente encontrarme con que las cosas valen mucho la pena.
Amo que las cosas simples sean más valiosas que las caras, los recuerdos vienen de los momentos valiosos, los regalos valiosos vienen de la nulidad de recuerdos o buenos momentos, que crean falta de inspiración.
Amo que la simplicidad sea tan compleja de entender, me hace pensar que tan complejo puedo ser yo mismo, o si soy demasiado simple.
Amo amar, aunque sea difícil de concebir.
Amo la ironía, irónicamente es lo que en ocasiones le da sentido a la vida.
Amo mi imaginación, me ayuda a escapar de mi realidad.
Amo el surrealismo, ayuda a ver más real mi realidad.
Amo que difícilmente podrá alguien entender lo que digo, así me siento libre de decir lo que me venga en gana sin que nadie se sienta insultado.
Amo el sarcasmo, surrealismo fluyendo de mis labios.
Amo gritar, simplemente me produce demasiado placer.
Amo las 37 cicatrices que hasta ahora tengo en todo el cuerpo, jamás me permitirán olvidar de donde vengo.
Amo mi pasado, me ha hecho estar donde estoy y pensar como pienso, aunque si pudiera llegar al mismo resultado con otra vida, escogería esa otra vida, siempre y cuando fuera un poco menos penosa que la actual.
Amo a Dios.
Odio el tiempo, aunque sin él la vida sea imposible, pero a veces el mismo tiempo me hace la vida imposible.
Odio ser egoísta, por eso siempre lo oculto un poco.
Odio que me digan “los demás tienen peores problemas que los tuyos” les aseguro que cuando ellos tuvieron problemas como los míos también se quejaban.
Odio que mis palabras se malentiendan, no es que piense que por lo anterior los demás sufren y a mí no me importa. Me importa, pero todos tenemos nuestros propios problemas, se trata de resolverlos, no de dejarlos pasar solo porque alguien tiene otros peores.
Odio que me vean raro, pero que le voy a hacer, ¡soy raro!
Odio no entender lo que me rodea, aunque ni siquiera me interese.
Odio la impotencia, esforzarme por algo y no poderlo conseguir.
Odio la música sin vida, solo me provoca estrés.
Odio la vida sin música, solo me provoca estrés.
Odio caer, aunque me satisfaga tanto levantarme.
Odio que golpeen mi cabeza, simplemente lo odio.
Odio que sean más las cosas que odio que las que amo.
Me satisface ver el sol.
Me satisface saber que tengo amigos.
Me satisface saber que no cualquiera es mi amigo, necesito amigos, mas no estoy urgido de que todos lo sean.
Me satisface no ser como los demás.
Me satisface saber que puedo pintar una sonrisa en los demás.
Me satisface saber que mi arte a alguien más le puede gustar.
Creo que no todos tienen lo que se merecen.
Creo que tendremos lo que merecemos, solo hasta morir.
Creo que Dios no nos manda cosas buenas o malas, lo que pasa en la tierra es resultado de nuestras acciones, si Dios nos fuera a mandar cosas buenas o malas, ¿no creen que le sería más fácil enviarnos de una vez al paraíso? Si tuvo el poder de crearnos, tiene el poder de hacer eso y más.
Creo que Dios nos creó, y creo que nos dejara escoger seguirlo o no seguirlo, por eso nos hizo libres, de lo contrario, si no nos dejara escoger, ya estaríamos cantando en coros celestiales a su nombre.
Creo en Dios con las fuerzas que el mismo me dio.
Creo en Dios, así como creo en el diablo, no existe bien sin mal, y si así fuera, no lo entenderíamos porque no tendríamos manera de comparar. Tal vez existen cosas de las que no nos damos cuenta porque no existe su contraparte para entenderlas.
No creo que Dios nos mande las cosas que nos pasan, pero esto ya lo dije antes, solo lo reintegro.
No creo en el karma, creo en el cargo de conciencia, y que al karma le culpamos cuando nos pasa algo malo. Viviremos 72 años en promedio, y no podemos esperar que no nos pase nada malo, ni podemos esperar no hacer nada malo a nadie, en algún momento de esos 72 años tenemos que lastimar, en algún momento de esos 72 años seremos lastimados, pero si el karma ayuda a la sociedad a comportarse un poco mejor, qué más da, “creamos en el karma”.
No creo en la vida después de la muerte, creo en la muerte después de la vida, algo complejo, pero de eso no voy a hablar ahora, si quieren entenderlo lean senderos de salvación. Jajá.
Creo que nada es real, sino surreal, irónico, utópico y espiritual.
Soy un niño jugando a ser artista
Ich bin ein Kind spielt selber ein Künstler

Ich bin Chikü.

sábado, 26 de marzo de 2011

¿y si muriera?

Cuando una pregunta se repite demasiadas veces, ¿es acaso porque no tiene respuesta? Cuando un amor no muere, ¿es acaso porque es real? ¿Y si esa otra persona no está? ¿Es amor de verdad? ¿Es realmente la ilusión un motivo de fuerza? ¿O solo un pasó más a la locura? ¿Culpar a la luna es una salida fácil? ¿O es buscar por todos los medios la manera de arreglar las cosas? ¿El humano es torpe por necesidad o por convicción? ¿O es que su instinto dice que  debe valorar las cosas hasta que las pierde? ¿Y que es de aquellos que valoraron tanto las cosas, tanto que el miedo de echar las cosas a perder les hizo echar las cosas a perder?  Y la mente de la otra persona ¿es un enigma realmente, o es tan simple que nos es difícil aceptar que las cosas son tan sencillas? ¿Es una aberración o una ilusión? ¿Me llamarán loco por querer intentarlo? ¿O seré para alguien un ejemplo de esos tantos que hay, de gente que lucha hasta el final por conseguir lo que quiere, lo que necesita? ¿Soy un loco o soy un hombre? ¿Existe diferencia entre esas dos cosas? ¿Está mal que piense en ti sin poder dejar de hacerlo? ¿Está mal que te siga queriendo? ¿Está mal que espere que las cosas se tornen mejor? ¿Está mal que desconozca tu versión de los hechos, y que tú desconozcas la mía? ¿Está mal querer sin recibir nada a cambio? ¿Por qué todo se vuelve irónico? ¿O es tan solo otra paranoia como la que me hizo echar a perder todo? ¿Te gustaría escucharme? Porque yo muero por escucharte. Y si muero…si muero ¿Qué harías?  ¿Me extrañarías? ¿Me necesitarías? ¿Querrías gritarme que me quieres aun sabiendo que no te podré escuchar? ¿Querrías correr  a mis brazos aun sabiendo que los encontraras cerrados? ¿Acaso necesito estar muerto para que entiendas que es lo que siento? ¿En serio hice tan mal las cosas? ¿O es que no podemos entender las acciones de los demás? ¿Sabes mis motivos, porque hice lo que hice? ¿Sabes que lo dejaría todo por ti? ¿Sabes que te deje a ti por ti? ¿Qué sacrifiqué lo que tenía por esperar que las cosas fueran mejor? ¿Sabes que no conseguí lo que quería? ¿Sabes que te extraño? ¿Sabes que quiero saber de ti? ¿Sabes que aun te quiero? ¿Sabes si esta locura es pasajera? ¿Sabes si quisieras estar conmigo de nuevo? ¿Sabes que estoy consciente de que eso podría significar volver a sufrir tu perdida algún día? ¿Sabes que no me importaría volver a sufrir todo eso? ¿Sabes porque? Simple, porque lo poco que estuve contigo, fue demasiado hermoso, y lo que me pasa o pase, me representan nada cuando recuerdo mi mirada perdida en la tuya.

viernes, 18 de marzo de 2011

senderos de salvación, capitulo 1, llegada y bienvenida

De pronto, deje de escuchar tu música, mi cabeza revotó en el suelo, un gran silencio me acogió, le siguió la obscuridad, deje de sentir dolor, me apague.
Tu aroma, tu perfume se difumaron en el aire, en el humo que cubrió mi vista, me sentí envuelto en una especie de huevo, de capullo protector, no escuchaba nada, no sentía nada, no sabía nada.
Después, un punto de luz alumbró mis ojos, era en extremo pequeño, en extremo lejano, en extremo luminosa, su poder casi me siega, alguien cubrió mis ojos como adivinando mi molestia...

- doctor, no me parece adecuado, pri...primero debemos esperar...-escuché una voz sin poder saber de quién provenía.

- para nada, el a muerto y tenemos que entregar el cuerpo, además se suicido, ¿cree que se arrepentirá de ello?-contesto quien aparentemente era el doctor, pero ¿de quién hablaban? intenté descubrir mis ojos para ver, pero no pude mover mis manos, además, ¿cómo llegué yo a un hospital?

- deje de preocuparse-repuso el doctor-haga su trabajo enfermera, extraiga toda la materia reciclable, lo bueno de los suicidios es que siempre existe demasiada materia reciclable.

- pero...puede despertar-remedió la enfermera temerosa.

- eso no es asunto suyo, usted aquí solo debe hacer lo que se le ordena.

Obviamente, no puedo entender nada, pero la enfermera introdujo algo en mi nariz, empezó a escarbar, no era una herramienta común, se sentía más como un tentáculo, pero ¿porque a mí? no puedo ser yo de quien hablan, no me suicidaría, o... ¿o sí?
Sentí como el tentáculo recorrió toda mi cavidad craneal, salió y entro en varias ocasiones, al principio solo sentí un cosquilleo, después, tal como lo predijo la enfermera, desperté, no podía mover mi cuerpo, pero era consciente del dolor que evolutivamente me provocaba la entrada y salida del tentáculo.
Quería gritar, que la enfermera parara, pero empeoró poco a poco, después de terminar con mí cabeza introdujo el tentáculo por mi uretra, el único dolor más fuerte que he sentido después de este, fue justo antes de, supuestamente suicidarme.


Después de semi matarme casi en cuatro ocasiones por el dolor provocado, la enfermera terminó su labor. Extrajo el tentáculo, llamó al médico, quien ordenó que me levaran a la supuesta sala “b”, de inmediato sentí algunos hombres que condujeron mi camilla hasta esa sala. Al llegar nos recibió la voz de una mujer que llenó algún informa cerca de mí.
- ¿causa de muerte? Pregunto ella a uno de los enfermeros
- suicidio- no lo podía entender, el haber muerto no lo entendía, el haberme suicidado, aun menos, y si así era, ¿cómo es que seguía “vivo”? en ningún punto lo que me sucedía tenia lógica
- ¿órganos extraídos?-volvió a preguntar la mujer
- ojo izquierdo, oído izquierdo, hígado, pulmón derecho, corazón, bazo, ambos riñones y ambos testículos.
- ¿edad?
- 27 años
- ¿nombre?
- Enzo Alejandro Marcus Lares-…entre en shock en ese momento, mi…mi nombre…ese era mi nombre, sentí un gran mareo, un gran vacío –y valla que en ese momento estaba literalmente vacio- en ese momento, entendí, después de tanto, que realmente morí, que no era un juego, no podía darle explicación, pero tampoco podía negarlo, después de todo nunca había estado muerto, así que no sabía cómo me sentiría o si aun estaría consiente. Intente levantarme sacando esa poca convicción que aun quedaba dentro de mí de que no estaba muerto, gritar, levantarme, todo fue en vano.
- pónganlo sobre la mesa-ordenó la mujer. De inmediato obedecieron, y como un bulto, me arrojaron, descubrieron mis ojos – o más bien mi ojo- y la luz me golpeó, intente gritar de nuevo, pero no por el dolor, sino por el horror que me causó aquella creatura, una creatura sin ojos, y una piel grisácea, una boca larga, que dejaba ver ligeramente sus dientes…o colmillos, o lo que se supusiera que fueran.
Tocó mi pecho, mis manos y examinó mi única pupila.
-creo que ya puedo despertarte- dijo como para sí una voz que escapó de su boca y parecía ser de una mujer. En ese momento puso su mano derecha en mi frente, y pude sentir como sus largas uñas perforaban mi cabeza, y sin ninguna seña de esfuerzo empezó a tirar, sentí desgarrarme, esa cosa me estaba desprendiendo muy fácilmente. ¿En serio se refería a eso con lo de despertarme?
Cuando terminó de hacer lo que fuera que estaba haciendo, sentí que puso mi cuerpo entero en la camilla, lo que me parecía incomprensible, momentos antes me había deshecho. Utilicé el poco ángulo de visión que tenia, estaba a un lado de mi propio cuerpo…intacto.
Cada segundo que pasaba me confundía un poco más. Definía lo que me pasaba como un sueño demasiado desagradable.
La creatura se acercó  mí, o lo que quedara de mi, tocó mi frente, y un pequeño calor me empezó a invadir, y sentí también mi cuerpo. Moví mi mano, o lo que debiera ser mi mano. Talle con ellas mis ojos –si, nuevamente tenía dos ojos- y las regresé a su posición original a mis costados.
-bienvenido Enzo Alejandro Marcus Lares, haz llegado al oxipodium, mi nombre es Leidenschaft.
-¡que sueño tan estúpido! –sí, lo sé, fue demasiado instintivo, pero fue lo único que pensé en decir, después de todo, lo que sucedía no tenía nada de real.
-más estúpida parece ser tu arrogancia –dijo con tal diplomacia que su sarcasmo apenas y fue insultante –ahora déjame explicarte que es lo que sucede.
-por favor, ¡esto es estúpido! –insistí.
-no tengo tiempo de atener gente como tú, pero el reglamento me marca que debo hacerlo, así que considera que toda amabilidad de parte mía es solo hipocresía. El día 28 de noviembre del 2010 en tiempo terrestre, cometiste acto de suicido, por razones que nosotros desconocemos totalmente. Después de morir todo ser debe entregar su cuerpo físico antes de pasar al cielo o infierno, según lo corresponda. En la sala “B” que es donde estamos ahora, es donde entregas tu cuerpo físico…
-¡en serio que esto es demasiado  estúpido!
-eres algo nefasto, ¿lo sabías?
-es que no puedo haber muerto, mucho menos suicidado. Estaba a dos días de mi boda, y mi vida era demasiado perfecta para cometer suicidio.
-¿en serio? –preguntó en un tono burlesco
-definitivamente.
-lo dudo, pero eso no me toca juzgar a mí.
-porque no tienes pruebas.
-tengo pruebas de que has muerto ¡mira tu cuerpo! Niégame que seas tú.
Señal hacia un cuerpo, el cuerpo ubicado a mi lado, y era justamente yo quien estaba ahí.
-mira la herida que tienes sobre tu ojo derecho, esa herida de bala, la puedes ver ¿cierto?
-¡es ridículo! –Dije agitando mi cabeza para sacudir las ideas- eso no es ninguna prueba, no existe la vida después de la muerte.
-eres demasiado terco, pero en eso tienes razón. No existe la vida después de la muerte, por eso nunca dije que estuvieras vivo, esta es la muerte después de la vida, y para que creas, te invito a tocar tu cuerpo, adelante, siéntelo y veras que tan real es. Mas no olvides que es un cuerpo físico, el cuerpo en el que ahora deambulas es un cuerpo espiritual, eres un espíritu.
Toqué mi viejo cuerpo, era tan real, introduje mis nuevos dedos en la perforación de la bala, al mismo tiempo me di oportunidad de ver mi nueva mano, y siguiendo el antebrazo, y el resto de mi nuevo cuerpo, y me llené de terror ante su forma, tan distinta a mi cuerpo anterior, que era atlético, alto y robusto, sin comparativa con mi cuerpo espiritual, escuálido, pálido y débil, y lo que más me asusto, estaba repleto de cicatrices por todas partes.
-¿¡Qué demonios es esto!? –Grite demasiado exaltado- ¡es repugnante!
-sí, es lo mismo que pensé yo al verlo, pero ¿Qué se le va a hacer? Ese es tu cuerpo.
- no no no, esto no es mi cuerpo, esto no puede ser mi cuerpo.
-esos son los cuidados que le diste a tu cuerpo espiritual, tal vez tu cuerpo físico estaba en mejor estado, pero este es el nuevo cuerpo que poseerás por siempre.
-es sonó tan ridículo.
-el universo es demasiado grande para tener una definición especifica de ridículo, tu eres ridículo para mí.
-¿en qué punto parezco ridículo yo?
-eres un suicida, para mí eso es suficiente.
-¡yo no me suicidé! -grité con todas mis fuerzas y con un movimiento brusco de mis brazos derribe una pequeña mesa
-¡detente! –grito ella poniendo su mano en mi pecho, y sin siquiera moverse me arrojó a la pared –espero ya estés más tranquilo –dijo recuperando la postura, mientras yo por mi parte me puse de pie y me retorcí del dolor.
-en caso de que si –dijo al darse cuenta que no iba a responder su pregunta –te invito a que vuelvas a sentarte. Hagamos las cosas más tranquilos ¿quieres?
-¿Cómo coños hiciste eso?
-¿arrojarte a la pared? Es simple, eres un espíritu, eres muy ligero. Ahora por favor siéntate para poder explicarte lo que sucede –obedecí- te explicaré desde un principio otra vez. Este lugar se llama oxipodium, y es donde debes pasar antes de definir si vas al cielo o al infierno, y aquí debes entregar tu cuerpo físico, separamos lo que sirve y no sirve de él.
-eso de separar, creo que lo debieron haber hecho después de separar mi cuerpo espiritual, es demasiado doloroso.
-¿Cómo sabes que ya lo separamos?
-pues mientras sacaban la materia reciclable de mi, pude sentir todo.
-¿estabas despierto?
-sí, ¿es raro?
-solo un poco –contestó en un tono infantil – en fin, el punto es que este es el punto de partida entre el cielo y el infierno, en la mayoría de los casos se define por el comportamiento en la tierra, pero en el caso de los suicidas…
-te dije –interrumpí –que no soy…
-cállate – antes de poder justificarme, me asilenció, puso su mano sobre mi boca, y mis palabras se atoraron en mi garganta –no quiero escuchar eso de nuevo, a mi no me interesa. En el caso de los suicidas, como aparentemente eres tú, se les asigna a un sorteo, donde se les dará un numero, y se decidirá su final, ese es tu caso.
-no, es que, ¡cada cosa que sucede suena tan ilógico! Si no fui la persona perfecta, puedo asegurarte que por lo menos fui una persona merecedora del cielo.
-ha ha –se rió de mi respuesta –estabas a punto de casarte, ¿y cuáles eran tus intenciones de hacerlo? ¿Amor? ¿O responsabilizaremos de esto al embarazo de tu futura esposa?
-…
-ahora tienes que ir a la sala h135 a que te asignen un numero, y después irás con Zeit, quien te ayudara a procesar esto, literalmente más rápido.
-¿a procesar qué? ¿Este sueño?
Por la manera en que se arrugó su rostro, entendí que mi comentario le fue demasiado molesto, incluso su voz cambio, no sonaba a la de una mujer, ni la de un niño como en las ocasiones pasadas sucedió, ahora sonaba a un ente extraño demasiado molesto.
-¿Qué clase de creatura estúpida eres? Maldito arrogante ¡aun no entiendes que has muerto! –se tomó un respiro, y su voz se volvió normal de nuevo – en fin, quien sufrirá por ello eres tú, y espero que sufras demasiado. Ahora vete de aquí y dirígete a la sala h 135.
Tocó mi frente, y mi vista se apagó, cuando volví a ver, estaba en un lugar muy diferente al anterior.

lunes, 14 de marzo de 2011

laberintos mentales

Debía esperar a la entrada de esa casa durante…no se cuanto tiempo, antes de que ella saliera, abriera y me viera a los ojos para así poder sonreír después de tan frustrantes días.
Un largo camino a recorrer de donde yo estaba a donde estaba ella, por eso decidía esperar. Pero…de repente, esperar se volvió absurdo, desesperante, agobiante. Amar…amar se volvió un martirio, si, la pasión se volvió martirio, la espera muerte, el calor frio, y yo, yo me volví un simple hombre enamorado, que esperaba, aguardaba fielmente el momento en que su amada apareciera, mas parecía que ella no regresaría.
¿y qué me quedaba por hacer? ¿Acaso alguien tiene el valor, la incredibilidad de llamarme culpable? ¿Egoísta es una manera de referirse a mí, cuando descubres que la espera no termina? Vi su foto por última vez, apreté la rosa en mi mano, clave sus espinas en mi palma como sus últimas palabras en mi corazón…un “te lo prometo” que de promesa nunca paso.
Di media vuelta, creí que ella se decepcionaría si algún día salía y descubría que fui incapaz de esperar, pero no podía más. Mas el aire no estaba de acuerdo, la vida no estaba de acuerdo, nadie lo estaba, ni siquiera mi dolido corazón, pues todas estas cosas, cada una se puso en mi camino, estaban dispuestos a no dejarme marchar de esa puerta. El aire me arrebato la foto de ella, y yo no estaba dispuesto a perder esa imagen, la única que me mantenía fiel a la esperanza, corrí tras de ella, ella corrió tras de mi amada, paso por la puerta principal, entro al jardín, al laberinto de confusiones y yo solo me limité a seguirlo.
La alcance, y al tomarla estaba justo a la entrada del laberinto, miré hacia su interior, y vi la silueta de ella, difuminada entre una espesa niebla y el verde de los arbustos que conformaban los muros del laberinto. Mi alma de alguna manera encontró en esa pálida, pero real imagen fuerzas para latir, corrí hacia ella, pero de alguna parte de la niebla aparecieron unas extrañas sombras, y se la llevaron, ella no hizo nada por defenderse, entendí que esas sombras la tenían prisionera, y no le dejaría morir en el interior del laberinto.

sábado, 12 de marzo de 2011

juegos temporales

Envejecía, moría, ¿reflexionaba? No, para nada, pero eso sí, la desesperación me hacía ansiar que el tiempo pasara más rápido, el tiempo no me permitía avanzar.
Pasaban demasiadas cosas en mi cabeza, solo pensando en una persona, siendo incapaz de pensar en algo más. Enajenado al sentido común, me veía devorado por el tiempo, y ese frio tic-toc, el tiempo era demasiado lento para mi gusto.
Tic-toc, resbalaba por mi frente, tic-toc, resbalaba por mis venas, tic-toc, me estaba matando.
El tiempo me mantenía frenado, parecía que siendo la única cosa que nunca se detiene en el universo, lo haría con tal de hacerme tan mísero como su infinidad le permitiera.
¿Devorarme? Si, esa era su arrogante pasión, el tiempo me devoraba como el silencio atosigaba mi garganta, aprisionaba mis palabras, pero las palabras pueden callarse, el espíritu no.
Por esa simple razón estaba dispuesto a resistir al tiempo, ese maldito que escapaba del reloj, posaba su cara en la mía, con una sonrisa burlona, y una risa que sonaba a tic-toc, me molestaba, lo odiaba, pero lo resistía a sabiendas que algún día terminaría.
Me tendría sentado en esa sala de espera el tiempo que a ell se le diera la gana.
Respirar me era difícil en ese momento en el que el tiempo pasaba lento. Pensar me era imposible, vivir me era infernal. ¿Qué sentido tiene vivir si el tiempo no avanza? Así es, estaba congelado, inmóvil, inútil y callado. El tiempo volteaba de reojo a verme sentado en ese sillón de la sala de espera, sonreía burlescamente, y de repente dejaba escapar otro tic-toc.
Decidí explotar en su contra, después de todo creo que no hice nada lo suficientemente malo como para merecer que me tratasen así. Me puse de pie, le grite en su ridícula cara, ¿fue lo correcto? No lo sé, pero fue lo necesario. Me dejó pasar al ver mi enojo, me dijo que, ahora y gracias a mi actitud, el tiempo dependía de mi, si quería hacer las cosas rápido, estaba en mi decisión, que si quería verlas lentas también era mi responsabilidad, que solo esperaba que mi pasión no se volviera mi martirio, me fue difícil entender a que se refería en ese omento…
http://www.youtube.com/watch?v=xbyu3hNpHG0

miércoles, 9 de marzo de 2011

miedo

Tengo ganas de desangrarme, pero tengo miedo de manchar tu ropa. Tengo ganas de desaparecer, pero tengo miedo que mi ausencia devengue un vacio incomodo a tu alrededor. Tengo ganas de escapar a un mundo extraño, pero tengo miedo que también estés ahí, y tengas que continuar viéndome. Tengo ganas de llorar, pero tengo miedo de que me veas y sepas que es por ti. Tengo ganas de tenerte, pero tengo miedo de extrañarte. Tengo ganas que me extrañes, pero tengo miedo que ni siquiera pienses en mí.
Y es que me he buscado en todo el universo, y solo me he encontrado tan vivo en el reflejo de tus ojos. Y si viajas a un lugar lejano, no será tan doloroso como tenerte a mi lado y no poder ni hablarte, quiero morir, pero no quiero que sepas que es por ti, porque tengo miedo de enterarme que ya no te intereso, tengo miedo de entender que es así.
http://www.youtube.com/watch?v=flnFwnS4tUI

martes, 8 de marzo de 2011

la luz de la luna

Era una noche fría, y solo quería estar lejos de ti. Tu llanto al otro lado de la puerta me hacia mas repulsivo el estar ahí. Camine a lo largo del pasillo, y lo único que podía ver era mi sombra formada por la luz de la luna a través de las cortinas, tan fría como nunca, tan simple como siempre. Y tu llanto se seguía aun en la cocina, en la sala, en todas partes, me seguía tan de cerca como mi sombra por la luz de la luna, tan fría como nunca, tan simple como siempre.
Salí de la casa, no aguante mas, pero fue peor, tu adolorido grito implorando que regresara a casa era aun más doloroso.
No pude entender lo que pasaba, parecía que mi único consuelo era la soledad, de repente interrumpida por un gato negro, no sé de donde salió, pero sé que fue mi única compañía por el resto de esa noche, era su sombra y la mía por la luz de la luna, tan fría como nunca, tan simple como siempre. Mi paz momentánea se vio interrumpida por el sonar de las campanas al son de aire, y las palomas a su vez al son de las campanas. La angustia se apoderó de mi, mi espacio se vio rodeado por penumbra, no podía escuchar tu llanto y lo empecé a extrañar, necesité tu miedo y tu dolor, o más bien eso me hice pensar, mas necesitaba tu cuerpo y tu calor. Mis piernas incapaces de responder se doblaron, ni si quiera un gato negro resistió ser la única compañía de alguien tan destrozado.
La soledad, mi único alivio, se había vuelto mi peor tormento, la penumbra alejada de la luna y su brillo me empezó a asfixiar.
Caminé perdido en la nada, mas mis pasos supieron a donde guiarme, caí a los pies de la cama, tú dormías y apretabas la rosa que esa misma tarde te regalé. ¿Cómo pude ser tan imbécil? Tu mano ensangrentada por las espinas, el suelo manchado por tu sangre, y mi ego destruido, me dieron apenas las suficientes fuerzas para arrastrarme  hacia la cama, y atreverme a abrazarte. Estabas despierta, pero fingiste dormir para no llenarme de pena.
 Y así terminó esa noche, con tu sombra y la mía por la luz de la luna, tan cálida como nunca, tan hermosa como siempre…

domingo, 6 de marzo de 2011

fotografia

Fríos matices de donde escapa un recuerdo, que no me deja sentir tu aroma, y son labios los que muerdo.
La única luz que percibo es la del cristal que cubre tu retrato, que recuerda que no estás.
Y tu aroma extraviada, viajando al mundo del olvido, aun abrazo a mi almohada, contiene aun tu olor, tu esencia y mi martirio.
Una fotografía, un motivo de vida, un silencio que ahoga, que dilata mis pupilas, sin ver luz, sin ver tu silueta, odio cualquier lugar en que estés tu, estoy seguro de que ese lugar está lejos de mí.
Tragos lentos, amargos, dolorosos, deslizan por mi garganta, vino amargo que ya no me produce gozo, si no nace de tus labios, es simplemente asqueroso.

viernes, 4 de marzo de 2011

el silencio es mi unico asesino...

Varias horas tengo ya encerrado, no en mi habitación, no en mi casa, simplemente en mi propia alma, en mi cabeza, siendo víctima de mis propias consecuencias.
Porque si de algo estoy consciente es que cada palabra tiene una consecuencia, y yo solo estoy viviendo los resultados de las mías, dolorosas, vacías, simples consecuencias que no me dirigen a nada, no me permiten pensar, no me permiten reflexionar, no me permiten encontrar una solución.
Me he alejado tanto, que ahora que intento regresar solo encuentro vacios, y silencios, silencios asesinos.
“el silencio es el único asesino que…” no logro completar esa frase, no logro tener por lo menos un poco de inspiración, no logro sacar esa maldita idea de mi mente, me aprisiona, me mata lentamente, tan lento como los segundos en mi reloj, lo único capaz de matar ese silencio, ese silencio que me rodea y no me deja en paz, quisiera gritar, romperlo, pero no, de nada sirve si esa persona que quiero que me escuche logra por lo menos ponerme atención. Y no la culpo, simplemente son los resultados de mis palabras.
Pero ¿acaso tanto fue lo que dije, que destruí todo? El tiempo congela, pero el silencio mata.
Y la veo, cada día, día tras día, sin decir, nada, dejando que el silencio me siga matando, lenta, fría, cruelmente. El silencio es el único asesino…
Tengo tanto dentro, tanto que he pensado, tanto que he reflexionado, sin poderlo decir, las palabras se atoran no en la garganta, sino en el corazón, estancándose hasta detener mi pulso, matándome, el silencio me está matando.
El silencio es mi único asesino…

senderos de salvacion, llegada y bienvenida

De pronto, deje de escuchar tu música, mi cabeza revotó en el suelo, un gran silencio me acogió, le siguió la obscuridad, deje de sentir dolor, me apague.
Tu aroma, tu perfume se difumaron en el aire, en el humo que cubrió mi vista, me sentí envuelto en una especie de huevo, de capullo protector, no escuchaba nada, no sentía nada, no sabía nada.
Después, un punto de luz alumbró mis ojos, era en extremo pequeño, en extremo lejano, en extremo luminosa, su poder casi me siega, alguien cubrió mis ojos como adivinando mi molestia...

- doctor, no me parece adecuado, pri...primero debemos esperar...-escuché una voz sin poder saber de quién provenía.

- para nada, el a muerto y tenemos que entregar el cuerpo, además se suicido, ¿cree que se arrepentirá de ello?-contesto quien aparentemente era el doctor, pero ¿de quién hablaban? intenté descubrir mis ojos para ver, pero no pude mover mis manos, además, ¿cómo llegué yo a un hospital?

- deje de preocuparse-repuso el doctor-haga su trabajo enfermera, extraiga toda la materia reciclable, lo bueno de los suicidios es que siempre existe demasiada materia reciclable.

- pero...puede despertar-remedió la enfermera temerosa.

- eso no es asunto suyo, usted aquí solo debe hacer lo que se le ordena.

Obviamente, no puedo entender nada, pero la enfermera introdujo algo en mi nariz, empezó a escarbar, no era una herramienta común, se sentía más como un tentáculo, pero ¿porque a mí? no puedo ser yo de quien hablan, no me suicidaría, o... ¿o sí?
Sentí como el tentáculo recorrió toda mi cavidad craneal, salió y entro en varias ocasiones, al principio solo sentí un cosquilleo, después, tal como lo predijo la enfermera, desperté, no podía mover mi cuerpo, pero era consciente del dolor que evolutivamente me provocaba la entrada y salida del tentáculo.
Quería gritar, que la enfermera parara, pero empeoró poco a poco, después de terminar con mí cabeza introdujo el tentáculo por mi uretra, el único dolor más fuerte que he sentido después de este, fue justo antes de, supuestamente suicidarme.


Después de semi matarme casi en cuatro ocasiones por el dolor provocado, la enfermera terminó su labor. Extrajo el tentáculo, llamó al médico, quien ordenó que me levaran a la supuesta sala “b”, de inmediato sentí algunos hombres que condujeron mi camilla hasta esa sala. Al llegar nos recibió la voz de una mujer que llenó algún informa cerca de mí.
- ¿causa de muerte? Pregunto ella a uno de los enfermeros
- suicidio- no lo podía entender, el haber muerto no lo entendía, el haberme suicidado, aun menos, y si así era, ¿cómo es que seguía “vivo”? en ningún punto lo que me sucedía tenia lógica
- ¿órganos extraídos?-volvió a preguntar la mujer
- ojo izquierdo, oído izquierdo, hígado, pulmón derecho, corazón, bazo, ambos riñones y ambos testículos.
- ¿edad?
- 27 años
- ¿nombre?
- Enzo Alejandro Marcus Lares-…entre en shock en ese momento, mi…mi nombre…ese era mi nombre, sentí un gran mareo, un gran vacío –y valla que en ese momento estaba literalmente vacio- en ese momento, entendí, después de tanto, que realmente morí, que no era un juego, no podía darle explicación, pero tampoco podía negarlo, después de todo nunca había estado muerto, así que no sabía cómo me sentiría o si aun estaría consiente. Intente levantarme sacando esa poca convicción que aun quedaba dentro de mí de que no estaba muerto, gritar, levantarme, todo fue en vano.
- pónganlo sobre la mesa-ordenó la mujer. De inmediato obedecieron, y como un bulto, me arrojaron, descubrieron mis ojos – o más bien mi ojo- y la luz me golpeó, intente gritar de nuevo, pero no por el dolor, sino por el horror que me causó aquella creatura…

martes, 1 de marzo de 2011

un par mas de calcetines rotos

01 de marzo del 2011, las 6 am, tengo que alistarme para irme al colegio, ¿Qué zapatos usaré? No importa, no tengo cabeza para pensar en eso, no tengo ánimos siquiera para pensar en lo que me pueda preparar este día, seguramente nada bueno. Así que solo tomo lo primero que encuentro, una playera negra, un pantalón azul, mis botines, los que siempre me rompen los calcetines del talón, pero no, no tengo tiempo para darle importancia.
Mi madre empieza a gritarme que se me hará tarde, que como es posible que demore tanto para alistarme. Me apresuro, tomo la tarea que entregaré hoy, la guardo en mi mochila y bajo a tomar el desayuno.
Al terminar me retiro, salgo a la calle, que por cierto hoy está algo fría, y espero el camión que por 45 minutos será el transporte que me lleve hasta el colegio.
Llego y encuentro a mis compañeros, me recuerdan tareas pendientes, que obviamente no hice, obtengo alguien que me la pueda pasar, entro a un aula vacía para poder hacerla.
 Al salir, ahí está ella, mi ex novia, a quien dejé ir por estupideces, una historia tonta, que simplemente me lastima demasiado.
En los últimos días, ella estuvo algo estresada, común en una semana de exámenes y problemas familiares, le sugerí tomar un tiempo si era lo que necesitaba, simplemente quise mostrar mi apoyo, terminé dejándola sola, y los últimos días han sido un martirio, tal vez ella piensa que la dejé sola y es justamente lo que inconscientemente hice, nunca fue esa mi intención.
Y ahora tengo que acercarme a ella y saludarla, fingir que estoy bien cuando me estoy muriendo, cosa que creo ella sabe muy bien, ella…ella, no creo que entienda lo que intenté hacer, no creo que entienda lo estúpido que me siento al verla y querer abrazarla, no creo que lo entienda.
 Y en los últimos días he sido un patán, un idiota que se ha alejado de ella sin siquiera poder entender yo mismo porque, pero creo que le hago daño, no quiero hacerle daño, nunca fue esa mi intención. Después de eso llegan nuestros amigos, que en los últimos días me ven como a un extraño, están molestos conmigo, y no entiendo porqué, si ni siquiera es a ellos a quien dañé, a ellos no los abandoné, pero me hacen entender el tamaño de mi culpa, no me importa. No me importa estar bien con ellos, me importa estar bien solo con ella, a ella es a quien creo estar dañando, me vuelvo puras creencias paranoicas y termino arruinando todo, ya no aguanto pintar una sonrisa hipócrita para fingir que estoy bien, por eso ya no lo hago, dejo ver en mi rostro que no estoy bien, que no aguanto, que quiero explotar, y que siento pena y un poco de vergüenza al ver que ella me observa deteriorado, y ella simplemente puede sonreír, que yo estoy deshecho y ella aun vive. No me molesta, después de todo era lo que yo esperaba, que ella estuviera bien, solo que yo no estuve ahí para verla recuperarse, quise, intente, pensé que la manera en que lo estaba haciendo era la correcta para conseguirlo, grave error, eché todo a perder.
Me siento tan solo teniendo gente a mi lado, y es que la soledad es mi mayor miedo, no la soledad donde un se pierde en algún lugar desconocido, sin nadie alrededor, sino la soledad donde te rodea tanta gente, que ya no sabes en quien confiar y en quién no.
Y puedo sentir su mirada, no sé si solo por alucinación, o porque realmente me esté viendo, pero yo la siento, clavándose en mi cuello, en mi corazón.
Una clase, otra mas, el día avanza, mi corazón se quedo en la primera hora, mi cuerpo en una fría butaca, mi mente en un limbo.
No aguanto más, ya son demasiados días así, comportándome yo como si fuera el ofendido, cuando soy quien lo arruinó, tengo que remediarlo, o perderé aún más de lo que é perdido, aprovecho el primer momento que tengo para tomarla del brazo, desviarnos, buscar un lugar donde estar solos, donde platicar, vacio mis palabras en sus oídos, vacio mi corazón en sus ojos, pero mi dolor aun se guarda, aun no lo puedo liberar, por lo menos me tranquiliza el hacerle saber que me siento estúpido, por lo menos ella ya sabe que me siento mal por lo que he estado haciendo, solo consigo perderme en sus ojos, escucho sus palabras, pero escucho un mas a sus ojos.
Termina otro día escolar,  otro horrendo día en el colegio, llego muerto a casa, mi madre está ahí, también mi hermano, y el deseo incumplible de estar solo.
Duermo toda la tarde, no sé cuánto, pero fueron las únicas horas del día en que no me sentí estúpido. Al despertar entro a bañarme, termino con el agua caliente, mi madre me reclama que no debí hacerlo, que no aporto nada, y que sin embargo tomo las cosas como si yo las pagara, tampoco tengo humor para aguantarla a ella, me encierro en mi habitación, termine el día con un simple dolor de soledad, con enojo, y un par mas de calcetines rotos, sin poder solucionar nada.