miércoles, 22 de febrero de 2012

horizonte

Me quedé ahí quieto con la mirada al frente. Mi cabello, un poco largo para ser un caballero se revolvía frente a mi mirada. El panorama era a blanco y negro, prefiero que si lo imaginan, sea de esa manera.
Frio no llegaba a mi cuerpo gracias a mi gabardina, pero mi interior…si este se congelaba era por otros motivos. Respiraba, eso era lo que hacía, por si alguno de ustedes lo pregunta. No hacía nada mas por lo menos desde una perspectiva exterior, porque en mi interior me estaba demoliendo, en mi interior me estaba volviendo loco, en mi interior estaba muriendo.
Es como si hubiera alguien llegado y arrebatado todo lo que quería en la vida. Quería llorar, pero alguna parte de mi ser, ególatra y soberbia no me lo permitía. Así que solo seguía mirando. Y miraba justo a ese punto del horizonte porque sabía que ahí estaba ella. Lejos, muy lejos pero ahí.
Si ustedes gustan pueden imaginar el sonido del aire que sería lo más emocionante que pudiera suceder en esa escena. Yo me veía aburrido mientras pensaba que sería de mi vida con su ausencia.