martes, 5 de junio de 2012

señor payaso

Siga usted señor payaso. Siga diciendo que si esta triste es a causa de la tormenta que hay allá afuera y no por el tormento que acoge a su corazón. Siga diciendo que las lágrimas son por la incomodidad de la perrilla en su ojo y no por la perra suerte que le incomoda el hábito de vivir. Siga haciéndonos reír con las anécdotas de su vida y recuerde que no debe mencionar nombres. Siga usted señor payaso alegrando las vidas, y recuerde que las miradas ajenas son espejos, si sus miradas son alegres así se puede ver usted, no importa que por dentro este muriendo mientras el reflejo le dicte que hacer. No me hable de sus instintos ni de sus sueños decaídos. Hábleme mejor de cómo el perro cayó en la trampa de la vida y ahora no tiene ni dueño ni tortas, fingiré reírme y hacer de cuenta que con “perro” no nos referimos a usted. Siga usted señor payaso, que no es el único que sufre pero si el único que alegra, y si a usted no le alegra verme feliz pues que me va a hacer a mí que tampoco me importa el dolor de no verle sonreír y de pensar que su rostro pintado, vagamente maltratado, es el lecho de las lagrimas que en lo más profundo no quisieran partir. Siga usted señor payaso, tengo $5 en mi bolsillo, si sigue así, consideraré el pacto de intercambiárselos por un malabar mas.