lunes, 26 de marzo de 2012

Déjame convertirme en alma del demonio para olvidarte
déjame besar tus labios una vez más antes de abandonarte
déjame solo para poder estar incompleto
déjame tu recuerdo y tu aroma para morir en tiempo lento.

Llévate el aire
que ya no me sirve para nada
ya no transporta suspiros ni versos
de los que brotaban de miradas.

Uno, dos tres, ten cuidado con mi tiempo
y no es que me interese,
pero tengo poco
y por lo regular siempre lo pierdo.

No me mires a los ojos
¡podrías enamorarme!
de tus pasos sé celosa,
podrías un día encontrarme.

A tus suspiros mantenlos enjaulados
bajo llave y concreto
o puedo capturarlos
no creo que sea buena idea que lleguen a mis manos.

domingo, 18 de marzo de 2012

querer

Quisiera quedarme a tu lado,
pero no hacerte desperdiciar tu noche
quisiera ser instantáneamente amado
por tus labios, tu alma, en ligeros derroches.

Quisiera tiempo lento,
y no comercial como los 14 de febrero
quisiera un poco de tu aliento
como aquella noche, tibia y cálida de una noche de enero.

Quisiera vida
entregada de tus manos
y una salida
a donde volvamos a ser extraños.

Quisiera paciencia y tiempo
para ponerlos a tus pies
quisiera creer en el destino
y verlo en esa mirada que pones cuando me ves.

Quisiera recorrer tu cuello
con miradas sigilosas
y explotar en mil te quiero
con mis palabras ansiosas.

Quisiera no haberte querido tanto
para no alejarte de mi
quisiera tener contigo un pacto
solo si prometes volverme a sonreir.

miércoles, 14 de marzo de 2012

more

Dibuje tu sonrisa en mi almohada con un par de susurros
escapó ella de mi alma mientras se la entregaba en murmullos
desplegados en historias que no deberían ser entregadas
y cuentos inéditos en la sala de espera de alguna posada.

Y luego solo me queda recostarme en tu sonrisa
solo desearle cosas bellas a mi señorita mona lisa
que el sol alumbre tu camino pacíficamente
y la luna te arrulle con miradas tiernas de repente.

Quisiera hacer este el lugar preferido de tus manos
para que estés convencida de que se puede lograr algo más
pero no quiero que te quedes aquí de por vida
quiero simplemente ser para ti algo mas.

jueves, 8 de marzo de 2012

esperar

Podemos ver el cristal romperse ante nuestras caras y esperar ver a través de él a una persona especial, siempre esperamos que algo suceda, no se puede vivir sin esperar. Esperar, esperar, esperar, es para lo que estamos hechos, siempre estamos esperando. Esperamos las palabras certeras, esas que deseamos escuchar, provenientes de la persona adecuada, esa que pasamos toda una vida (o por lo menos unos ligeros instantes) esperando para que nos complemente aunque sea un instante. Y siempre estamos ahí esperando. Y nunca, nunca se puede saber qué es lo que se va a obtener. Se pueden tener espesativas sobre lo que viene, pero las expectativas nunca son hechos.

Esperas que la otra persona tenga algún detalle especial para ti, o por lo menos que agradezca los que tú tienes para ella. Y por mas bien que conozcas a la persona, las expectativas no son hechos, nunca sabes que es lo que te espera. Te espera tal vez una puerta cerrada, te espera tal vez una palabra seca. Tal vez ni siquiera te espera nada, tu puedes esperar que los hechos sucedan, los hechos nunca estarán esperando a que llegue el momento de presentarse, poco les importa presentarse ante ti. Podrás creer que tienes todo lo que necesitas justamente donde estas, es solo cuestión de tiempo para descubrir si es o no cierto. Y el que lo sea, no es cuestión de suerte, no es cuestión de destino, es simplemente casualidad, pues te cruzas a diario con tanta gente como para saber si el destino es quien quiere que estés a su lado, o simplemente el mundo está ya tan poblado que no cavias ni tu ni esa persona en algún otro lugar, y mágicamente, gracias a tu “destino” estás en ese lugar, al lado de esa persona, viendo lo que ves, viviendo lo que vives, sintiendo lo que sientes. Y no, no es obligación de aquella persona sentir lo que tú sientes, pues cada cabeza es un mundo y cada corazón un dios. Y esa fiel cabeza obedecerá los mandamientos de aquel dios perjuro que no sabe, que no piensa, no le interesa siquiera saber lo que los otros dioses necesitan, y dicho dios debería aligerar la carga de su ego, algún día, tal vez algún día querrá cruzar palabras con aquel dios desconsolado, y se haya cambiado de “destino” y ya no esté aquí.

sábado, 3 de marzo de 2012

senderos de traision

-          Oye, oye, levántate… ¡levántate! teneos que ir al funeral.

-          No quiero ir- contesto irritado y me cubro el rostro con la almohada de nuevo.

-          No te lo pregunte, eres mi mejor amigo, debes estar ahí, debes acompañarme, por favor.

-          … - no contesto, espero 5 segundos, después movimiento brusco y mi cuerpo esta boca arriba, la cara descubierta,  ojos afectados por la luz y gesto arrugado consecuencia de lo mismo. Enderezo el torso,  miro alrededor buscando mis pantaloncillos.

Me levanto después del duro esfuerzo contra el magnetismo comúnmente ejercido por la cama hacia mi adormilado ser. Camino al baño, arrastro el paso muestra de la gran pereza y desanimo que me corroe. Llego al baño y me paro frente al espejo.

-          Mírate… ¿ya te miraste?

-          No idiota, tener los ojos abiertos y estar parado frente al espejo, de ninguna manera significa que me esté mirando, demonios – sí, estoy enfadado y sin ánimos, a nadie le gusta ir a un funeral.

-          Anda, no pierdas el tiempo, metete a la ducha.

-          ¿me estas mandando?

-          Si, definitivamente –me dice muy tranquilamente –en el estado en el que estás eres incapaz de hacer algo solo. ¡Mira tus ojeras! –señala con sus dedos mi rostro, casi a punto de tocarlo.

-          ¡deja! –le sujeto de la muñeca y alejo s mano de mi –no me toques –apoyo las manos en el lavabo, para verme más de cerca.

-          Te ves espantoso, un buen baño puede mejorar eso –sonríe al decir lo ultimo

-          Supongo que esperas que eso me anime a balarme, ¿verdad?

-          Hazlo ya

El agua esta fría, pero ya estoy adentro así que ahí me quedo, uno, dos, tres, cuatro minutos son suficientes bajo el agua fría, sin hacer nada.

-          ¡haz algo! No te puedes quedar bajo el agua así como así

-          ¡coño! ¡para empezar si puedo, para continuar tú no deberías estar en mi ducha!

-          Puedo estar donde quiera –sonríe burlonamente, como su costumbre le indica

Me rasuro, parece no estar ahí mientras hago eso, todo es silencio. Peinarme, vestirme, arreglarme, y convertirme en la imagen de un hombre cuyo rostro hace tiempo no veía. Era yo…bañado, limpio y fresco, listo para el funeral.

Listo para partir a la fiesta de las almas necias.  Arranco mi auto, el no está dentro, y no pienso esperarlo, ya encontrara como irse, no podría faltar al funeral. Enciendo mi cigarrillo, la radio y un poco de buena música.

-          Take my hand! We’re off to never never land! -Me pega un susto, es el cantando en el asiento trasero.

-          ¡demonios! ¿Cómo llegaste aquí?

-          ¿importa? Estoy aquí, eso es lo importante –contesta jugando mientras con un cubo de rubik en sus manos.

-          Haz de estar feliz, vamos camino al dichoso funeral –menciono con tono irónico.

-          Definitivamente, era lo que quería –arroja el cubo al asiento y mira por la ventanilla.

-          Guarda silencio el resto del camino, ¿quieres?

-          Empiezo ya –cerro los ojos con cierta alegría, como un niño sonriente sin saber siquiera de qué.

Llegamos, bajamos del auto, no sin antes cuestionarle como me veía, el dijo que bien –no importa cómo te veas tu, más de lo que importa cómo me vea yo –señaló. –Tienes razón- contesté.

Seguía con el cubo de rubik en la mano, como si no le importase lo que la gente pudiera pensar. Armaba y desarmaba una vez cada vez, de nuevo, de nuevo. Recorrimos el jardín del velatorio, entramos al edificio, una casa vieja y debidamente conservada, grande y lujosa para el uso que se le daba. Inmediatamente me sentí mal. Tanta depresión en un solo lugar, ¿a quién no es capaz de ahogar? Entramos a la sala donde nuestro querido amigo descansaba. Saludé a su madre, le di el pésame con un fuerte abrazo, un lo siento y toda cosa que de todo corazón pude ofrecer a esa señora de mediana edad, y también de estatura. No hice lo mismo con el padre, a quien nunca le agradé, y él nunca me agradó. Dos palmadas al mismo tiempo el y yo, ¿existe mayor muestra de hipocresía que ese ligero acto?

Llegué al ataúd, allí estaba él.  Frio, serio, muerto. Cosas que en vida nunca fue.

-          Era una gran persona –apareció a mi lado de repente- tenia futuro, era agradable, muy querido por la gente, mucha gente llora causa de esto ¿sabes?

-          No, no lo sé –y de verdad no lo sabía, pero mis ojos también estaban llenos de lágrimas en esos momentos.

-          ¿Por qué me asesinaste?

-          … -no pude contestar esa pregunta, un nudo en mi garganta me asilenció. Cubrí mi rostro con mis manos, ambas como si me abrazaran para ayudarme a contener el llanto.

-          Nunca imaginé que hicieras eso –me sujetó del hombro –no esperaba eso de mi mejor amigo, ven.

Me abrazó y sacó de esa sala, nos sentamos en alguna banca del jardín del lugar, yo miraba al frente, el jugaba a rubik.