¿Dónde está el error? ¿Dónde cayo el héroe, que ahora tiene que oficiar como payaso? ¿Dónde las almas fueron enterradas y sustituidas por maquinas? ¿Dónde la paranoia se torna gobernadora y sustituye a la cordura y la pisca de pasión? ¿Dónde me arto de todo que deseo escapar? ¿Dónde me convertí en esclavo? ¿Dónde me crucificó tu mirar?
Turbias las miradas, corazones inmóviles aunque aun vivientes, espectadores incapaces de una muerte lenta y atrayente, incomprensibles las razones, pero no dejan de hablar, de gritar y decir que esto es lo que debe pasar, pequeñas vocecillas a las que preferiría ignorar, mas en cambio aquel reflejo les hace tanto alarde y las empieza a impulsar.
Vacio estoy por dentro, al vacio me veo arrojado, ¿acaso no hay nada a mi alrededor? Ni si quiera aquel hombre enamorado, desesperado, anonadado y casi asustado de tanto circo que le quería impresionar, ahora solo espectador de caras serias, que lo quieren devorar, sin existir una razón, tal vez así consiguen ellas su felicidad.
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