lunes, 28 de febrero de 2011

ella en su mesa, y yo en la mia

Un café, aire, aromas, sensaciones y silencio, París.
Una pequeña cafetería al aire libre, 3 metros de distancia, suficientes para convertirse en un distante amor, un martirio imposible de recorrer, mi mirada perdida en la de ella, su mirada perdida en no sé dónde, y ella en su mesa, y yo en la mía.
El cielo rojo, parecía que mi alma se desangraba en él, parecía que su luz se ausentaba de mí, una obscuridad me rodeaba, todo era obscuro excepto el cielo rojo de París.
Y ella en su mesa y yo en la mía, ella es tan perfecta, tan simplemente ella, y su mirada perdida no sé donde, pero no era en mí.
Sus labios, su café, su vida en ella misma, eran tan perfectas, y yo sabía que era para mí, aun así, no, no tenía el valor, solo podía verla mientras ella no me mirara a mí, ella en su mesa y yo en la mía.
 Y el sol se escondió, la luz se fue, el cielo rojo murió en la noche eterna de París.
 Y sabía que ella era para mí, pero no me atrevía, era una distancia muy larga no de mi mesa a la suya, sino de mi corazón al de ella, el miedo no me dejaba, solo esperaba y la veía, y me enamoraba a la vez.
Y sentía tanto miedo de verla desaparecer, pagar su cuenta y apagar mi corazón.
Y la obscuridad al fin nos consumió, y el mundo explotó, en emociones, en sus brazos y los míos enredados, en un miedo evaporado que se conviertió en fuerzas para no dejarle ir.

sábado, 26 de febrero de 2011

sobre tu mesa

Una pequeña rosa desangrándose sobre tu mesa, dejando que su aroma marchara un mundo diminuto donde morirá sin haber sido seducida por tu olfato, sin ser amada antes de morir.
Y uno a uno sus pétalos han caído, lanza suspiros al viento esperando alguno llegue a ti, no ser ignorado por tus ojos, y no perderse entre el aroma del anís.
Ha muerto, el frio ha venido por ella, murió en un lamento, nunca pudo besar tus labios, se difuminó su aroma en el viento, permaneció en coma. Y tus ojos jamás la tocaron, no fueron capaces de rosarla, y ella solo esperaba algo, que entre tus manos la tomaras.
Se siente culpable, de una espina haber clavado en tu delicada mano, y no es que haya sido su intención, nunca quiso hacerte nada malo, y tu sangre fue el ultimo sabor que disfruto, murió triste sin tenerte, simplemente se murió.

demonio detrás de ti.

comete el alma del demonio que camina detrás de ti, y no dejes ni huella de su martirio, comete al demonio que camina detrás de ti, el demonio que atento se esconde detrás de la puerta a esperar a que duermas, comete al demonio que esta detrás de ti.
Desgarra su alma, devora sus huesos, no lo dejes vivo, o el no te dejara vivir a ti.
El llora, el suspira, cada día te vigila, te ama, te aniquila, quiere devorar tu alma, quiere devorarte a ti, quiere encontrar su infierno en tu interior, enjaularte en su alma, embriagarse con tu esencia, es un demonio, comete su alma, es lo único que espera.
Ardiendo al fin entre tus brazos, pagando los pecados cometidos por las miles de almas, comete su alma, no lo dejes descansar, es lo que te pide este humilde demonio, no lo debes abandonar, quiero ser tu demonio.

la mano del viejo

Una noche amarrada al tequila
cayó la mano del viejo
y el hombre que debajo de un árbol posa,
se burla sin darse cuenta que es su espejo
y los colores se desvanecieron de los ojos del viejo,
se fue el espíritu,
parecía un poco de alcohol hirviendo.
Y las almas desdichadas jugaban a hacer de él una burla
se burlaban de su historia
en vez de preocuparse por crear una.
y que si sus pies pisaron el arena caliente
o si sus ojos vieron la desnudez de la tierra
si sufrió o fue un valiente
a nadie le importara cuando el hombre muera

la distancia también duele

Camino detrás de ti, y tu sombra me cobija cálidamente, tu aroma me dice que voy por el sendero correcto, tu mirada me dice que la luz nunca se apagará, y la distancia me mata fríamente, lentamente, cruelmente.
Y no puedo ver más allá de tu silueta, no puedo ver más allá de tus pasos, no puedo avanzar más allá de los recuerdos, mis pies se han quedado fijos en el suelo, se niegan a avanzar, saben, que si caminan por el sendero erróneo, que si se alejan un poco más, aun mas dolerá, y saben que no se deben acercar demasiado, que tienes una esencia que me puede matar.
no puedo alejarme, no puedo acercarme, solo puedo aferrarme a la distancia, al dolor de la distancia, tal vez un día acabará.

el primer infierno

Ese “un poco” se convirtió en demasiado, en un enorme cambio para mi vida, aunque creo que cambio desde que te conocí
-¿te molesta?- preguntaste en un tono que creí cortés, y que en cambio solo enmascaraba tu frialdad, tus verdaderas intenciones.
-un poco- contesté esperando comprendieras, y, no sé, de alguna manera mostraras compasión, en cambio, separaste tu cuerpo del mío, me invadió el frio, y no porque así lo ordenara la temperatura, sino que así lo ordenaba tu actitud, me vi enormemente sola, y en busca de cubrir mi desnudez de quien para mi ahora era un completo desconocido -al que creía conocer muy bien- solo encontré mis propios brazos.
-¿acaso no me amas?- preguntó una voz que escapo de tus labios, pero puedo jurar que esa no era la tuya.
-sí, pero…
-¿pero qué? ¿Cómo puedes decir pero? Cuando amas a alguien no puedes decir “pero”.
-es que…creo que aún no es el momento.
-¿Cómo coños puedes decir eso? ¡Tenemos tres meces juntos! Es suficiente tiempo.
-pero yo aún no quiero.
Repentinamente tu rostro se volvió a suavizar, tu voz volvió a ser normal, incluso tierna, hipócrita también, obviamente eso ultimo no lo noté.
-tranquila, no pasa nada, nos amamos, ¿cierto?
-sí- contesté con lágrimas en los ojos.
- y mientras sea así, no estamos haciendo nada malo.
Me vi envuelta rápidamente en tu aura, caí rendida de nuevo a tus pies como si ese monstruo que se apareció frente a mis ojos hubiera sido asesinado por el caballero que ahora tenía enfrente, necesitada de protección, la encontré erróneamente entre tus brazos, en mi nueva prisión, deje que hicieras lo que quisieras conmigo, me convertí en un juguete, y lo que debió ser amor, se había convertido en el detonante de nuestra agonía, mas mía que tuya, pero se supone que las penas de pareja se comparten entre pareja, por lo menos yo aún lo creía así, pero el punto es que no fue como debió haber sido, como lo hubiera deseado.