martes, 24 de septiembre de 2013

recordar

Si fueran miles las tazas de café que consumí, miles las veces que abrí mis ojos, miles las estrellas que vi apagarse, miles los sueños que vi escapar, miles las historias que mis manos escribieron, todo lo podría recordar con una exactitud tan ingrata que pudiera hacer innecesaria la existencia en una nueva vida. Todo reducido a un nada, la magia, vida, tiempo, el tiempo, siempre el tiempo, que se deja escapar como un perro rabioso contagiando todo, infectándolo todo…ahí va el tiempo. Podría recordar los pasos que di hasta llegar a tu regazo, y la luz del sol que se filtraba al final del camino, el aroma de todos los brazos en los que he dormido, los miles de suspiros que me robaron, los labios que besaron los míos, la falta de elocuencia entre mis palabras y mis actos las tantas veces que dije te amo, cuando de verdad quise decírtelas a ti. Todo podría recordarlo con una precisión de terror, tanto que tu piel se quemaría como papel consecuencia del ligero escalofrío que te haría sentir tanta exactitud. Todo, absolutamente todo, desde el pie que usé primero esa mañana, la ropa que use, la canción que escuchamos, la que no escuchamos, la duración del primer beso, del primer orgasmo que se funde con el primer adiós, del primer te amo que se funde con el primer ya no, el color de las nubes, la suavidad del viento, la humedad del aire, la de tu pecho, la del mío. Desde lo que dije y por qué lo dije, desde lo que callé y aún así lo supiste, la manera en que hablaron mis ojos por mis labios, escuchó mi piel en vez de mis oídos, y cómo cada cosa hizo algo que no le correspondía por el placer de saberte nuestra aunque lo fuiste sólo de pensamiento porque era tanto el amor y el sentimiento que la única vez que te toqué fue cuando te dije hola y rocé con tus oídos. Eso también lo recuerdo, la vez que aceptaste verme y yo aprenderme tu rostro de memoria, recuerdo perfectamente cómo lo dibujé en mi almohada y cómo dormí aferrado a ella como si fuera a ti a quien abrazaba, cómo nuestra respiración se detuvo por un instante porque tuvimos que suspirar, cómo el mundo se transformó en nada, cómo nada nos miraba y en silencio, en obscuridad, en ausencia de bien y de mal, por primera vez te besaba, eso también lo podría recordar. Todo hasta saturarme, hasta olvidar lo que se siente caminar contigo, de la mano un domingo cualquiera en una calle cualquiera de un pueblo cualquiera, tú y yo siendo cualquiera siendo sólo para nosotros el ser más especial, eso ya no lo recuerdo…y te pido por favor…ayúdame a recordar.

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