Caminé unos veinte metros bajo la lluvia antes de ponerme
los audífonos, esperando de casualidad escuchar su voz gritando que regresara. Obviamente
no sucedió y hasta el momento sigo culpando el ruido de la lluvia.
- -El instituto no está muy grande – le dije
mientras me ponía de pie para dejarla sola en las gradas – hacia allá está el
boulevard y hacia allá está la avenida principal.
Me puse entonces de pie y di play al reproductor de música
sin ponerme los audífonos pero escuchando la música difuminarse con la
decadente lluvia. Rose of my heart, coreaba Johnny Cash, mientras mi corazón se
espinaba.
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