martes, 8 de marzo de 2011

la luz de la luna

Era una noche fría, y solo quería estar lejos de ti. Tu llanto al otro lado de la puerta me hacia mas repulsivo el estar ahí. Camine a lo largo del pasillo, y lo único que podía ver era mi sombra formada por la luz de la luna a través de las cortinas, tan fría como nunca, tan simple como siempre. Y tu llanto se seguía aun en la cocina, en la sala, en todas partes, me seguía tan de cerca como mi sombra por la luz de la luna, tan fría como nunca, tan simple como siempre.
Salí de la casa, no aguante mas, pero fue peor, tu adolorido grito implorando que regresara a casa era aun más doloroso.
No pude entender lo que pasaba, parecía que mi único consuelo era la soledad, de repente interrumpida por un gato negro, no sé de donde salió, pero sé que fue mi única compañía por el resto de esa noche, era su sombra y la mía por la luz de la luna, tan fría como nunca, tan simple como siempre. Mi paz momentánea se vio interrumpida por el sonar de las campanas al son de aire, y las palomas a su vez al son de las campanas. La angustia se apoderó de mi, mi espacio se vio rodeado por penumbra, no podía escuchar tu llanto y lo empecé a extrañar, necesité tu miedo y tu dolor, o más bien eso me hice pensar, mas necesitaba tu cuerpo y tu calor. Mis piernas incapaces de responder se doblaron, ni si quiera un gato negro resistió ser la única compañía de alguien tan destrozado.
La soledad, mi único alivio, se había vuelto mi peor tormento, la penumbra alejada de la luna y su brillo me empezó a asfixiar.
Caminé perdido en la nada, mas mis pasos supieron a donde guiarme, caí a los pies de la cama, tú dormías y apretabas la rosa que esa misma tarde te regalé. ¿Cómo pude ser tan imbécil? Tu mano ensangrentada por las espinas, el suelo manchado por tu sangre, y mi ego destruido, me dieron apenas las suficientes fuerzas para arrastrarme  hacia la cama, y atreverme a abrazarte. Estabas despierta, pero fingiste dormir para no llenarme de pena.
 Y así terminó esa noche, con tu sombra y la mía por la luz de la luna, tan cálida como nunca, tan hermosa como siempre…

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