viernes, 4 de marzo de 2011

senderos de salvacion, llegada y bienvenida

De pronto, deje de escuchar tu música, mi cabeza revotó en el suelo, un gran silencio me acogió, le siguió la obscuridad, deje de sentir dolor, me apague.
Tu aroma, tu perfume se difumaron en el aire, en el humo que cubrió mi vista, me sentí envuelto en una especie de huevo, de capullo protector, no escuchaba nada, no sentía nada, no sabía nada.
Después, un punto de luz alumbró mis ojos, era en extremo pequeño, en extremo lejano, en extremo luminosa, su poder casi me siega, alguien cubrió mis ojos como adivinando mi molestia...

- doctor, no me parece adecuado, pri...primero debemos esperar...-escuché una voz sin poder saber de quién provenía.

- para nada, el a muerto y tenemos que entregar el cuerpo, además se suicido, ¿cree que se arrepentirá de ello?-contesto quien aparentemente era el doctor, pero ¿de quién hablaban? intenté descubrir mis ojos para ver, pero no pude mover mis manos, además, ¿cómo llegué yo a un hospital?

- deje de preocuparse-repuso el doctor-haga su trabajo enfermera, extraiga toda la materia reciclable, lo bueno de los suicidios es que siempre existe demasiada materia reciclable.

- pero...puede despertar-remedió la enfermera temerosa.

- eso no es asunto suyo, usted aquí solo debe hacer lo que se le ordena.

Obviamente, no puedo entender nada, pero la enfermera introdujo algo en mi nariz, empezó a escarbar, no era una herramienta común, se sentía más como un tentáculo, pero ¿porque a mí? no puedo ser yo de quien hablan, no me suicidaría, o... ¿o sí?
Sentí como el tentáculo recorrió toda mi cavidad craneal, salió y entro en varias ocasiones, al principio solo sentí un cosquilleo, después, tal como lo predijo la enfermera, desperté, no podía mover mi cuerpo, pero era consciente del dolor que evolutivamente me provocaba la entrada y salida del tentáculo.
Quería gritar, que la enfermera parara, pero empeoró poco a poco, después de terminar con mí cabeza introdujo el tentáculo por mi uretra, el único dolor más fuerte que he sentido después de este, fue justo antes de, supuestamente suicidarme.


Después de semi matarme casi en cuatro ocasiones por el dolor provocado, la enfermera terminó su labor. Extrajo el tentáculo, llamó al médico, quien ordenó que me levaran a la supuesta sala “b”, de inmediato sentí algunos hombres que condujeron mi camilla hasta esa sala. Al llegar nos recibió la voz de una mujer que llenó algún informa cerca de mí.
- ¿causa de muerte? Pregunto ella a uno de los enfermeros
- suicidio- no lo podía entender, el haber muerto no lo entendía, el haberme suicidado, aun menos, y si así era, ¿cómo es que seguía “vivo”? en ningún punto lo que me sucedía tenia lógica
- ¿órganos extraídos?-volvió a preguntar la mujer
- ojo izquierdo, oído izquierdo, hígado, pulmón derecho, corazón, bazo, ambos riñones y ambos testículos.
- ¿edad?
- 27 años
- ¿nombre?
- Enzo Alejandro Marcus Lares-…entre en shock en ese momento, mi…mi nombre…ese era mi nombre, sentí un gran mareo, un gran vacío –y valla que en ese momento estaba literalmente vacio- en ese momento, entendí, después de tanto, que realmente morí, que no era un juego, no podía darle explicación, pero tampoco podía negarlo, después de todo nunca había estado muerto, así que no sabía cómo me sentiría o si aun estaría consiente. Intente levantarme sacando esa poca convicción que aun quedaba dentro de mí de que no estaba muerto, gritar, levantarme, todo fue en vano.
- pónganlo sobre la mesa-ordenó la mujer. De inmediato obedecieron, y como un bulto, me arrojaron, descubrieron mis ojos – o más bien mi ojo- y la luz me golpeó, intente gritar de nuevo, pero no por el dolor, sino por el horror que me causó aquella creatura…

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