viernes, 18 de marzo de 2011

senderos de salvación, capitulo 1, llegada y bienvenida

De pronto, deje de escuchar tu música, mi cabeza revotó en el suelo, un gran silencio me acogió, le siguió la obscuridad, deje de sentir dolor, me apague.
Tu aroma, tu perfume se difumaron en el aire, en el humo que cubrió mi vista, me sentí envuelto en una especie de huevo, de capullo protector, no escuchaba nada, no sentía nada, no sabía nada.
Después, un punto de luz alumbró mis ojos, era en extremo pequeño, en extremo lejano, en extremo luminosa, su poder casi me siega, alguien cubrió mis ojos como adivinando mi molestia...

- doctor, no me parece adecuado, pri...primero debemos esperar...-escuché una voz sin poder saber de quién provenía.

- para nada, el a muerto y tenemos que entregar el cuerpo, además se suicido, ¿cree que se arrepentirá de ello?-contesto quien aparentemente era el doctor, pero ¿de quién hablaban? intenté descubrir mis ojos para ver, pero no pude mover mis manos, además, ¿cómo llegué yo a un hospital?

- deje de preocuparse-repuso el doctor-haga su trabajo enfermera, extraiga toda la materia reciclable, lo bueno de los suicidios es que siempre existe demasiada materia reciclable.

- pero...puede despertar-remedió la enfermera temerosa.

- eso no es asunto suyo, usted aquí solo debe hacer lo que se le ordena.

Obviamente, no puedo entender nada, pero la enfermera introdujo algo en mi nariz, empezó a escarbar, no era una herramienta común, se sentía más como un tentáculo, pero ¿porque a mí? no puedo ser yo de quien hablan, no me suicidaría, o... ¿o sí?
Sentí como el tentáculo recorrió toda mi cavidad craneal, salió y entro en varias ocasiones, al principio solo sentí un cosquilleo, después, tal como lo predijo la enfermera, desperté, no podía mover mi cuerpo, pero era consciente del dolor que evolutivamente me provocaba la entrada y salida del tentáculo.
Quería gritar, que la enfermera parara, pero empeoró poco a poco, después de terminar con mí cabeza introdujo el tentáculo por mi uretra, el único dolor más fuerte que he sentido después de este, fue justo antes de, supuestamente suicidarme.


Después de semi matarme casi en cuatro ocasiones por el dolor provocado, la enfermera terminó su labor. Extrajo el tentáculo, llamó al médico, quien ordenó que me levaran a la supuesta sala “b”, de inmediato sentí algunos hombres que condujeron mi camilla hasta esa sala. Al llegar nos recibió la voz de una mujer que llenó algún informa cerca de mí.
- ¿causa de muerte? Pregunto ella a uno de los enfermeros
- suicidio- no lo podía entender, el haber muerto no lo entendía, el haberme suicidado, aun menos, y si así era, ¿cómo es que seguía “vivo”? en ningún punto lo que me sucedía tenia lógica
- ¿órganos extraídos?-volvió a preguntar la mujer
- ojo izquierdo, oído izquierdo, hígado, pulmón derecho, corazón, bazo, ambos riñones y ambos testículos.
- ¿edad?
- 27 años
- ¿nombre?
- Enzo Alejandro Marcus Lares-…entre en shock en ese momento, mi…mi nombre…ese era mi nombre, sentí un gran mareo, un gran vacío –y valla que en ese momento estaba literalmente vacio- en ese momento, entendí, después de tanto, que realmente morí, que no era un juego, no podía darle explicación, pero tampoco podía negarlo, después de todo nunca había estado muerto, así que no sabía cómo me sentiría o si aun estaría consiente. Intente levantarme sacando esa poca convicción que aun quedaba dentro de mí de que no estaba muerto, gritar, levantarme, todo fue en vano.
- pónganlo sobre la mesa-ordenó la mujer. De inmediato obedecieron, y como un bulto, me arrojaron, descubrieron mis ojos – o más bien mi ojo- y la luz me golpeó, intente gritar de nuevo, pero no por el dolor, sino por el horror que me causó aquella creatura, una creatura sin ojos, y una piel grisácea, una boca larga, que dejaba ver ligeramente sus dientes…o colmillos, o lo que se supusiera que fueran.
Tocó mi pecho, mis manos y examinó mi única pupila.
-creo que ya puedo despertarte- dijo como para sí una voz que escapó de su boca y parecía ser de una mujer. En ese momento puso su mano derecha en mi frente, y pude sentir como sus largas uñas perforaban mi cabeza, y sin ninguna seña de esfuerzo empezó a tirar, sentí desgarrarme, esa cosa me estaba desprendiendo muy fácilmente. ¿En serio se refería a eso con lo de despertarme?
Cuando terminó de hacer lo que fuera que estaba haciendo, sentí que puso mi cuerpo entero en la camilla, lo que me parecía incomprensible, momentos antes me había deshecho. Utilicé el poco ángulo de visión que tenia, estaba a un lado de mi propio cuerpo…intacto.
Cada segundo que pasaba me confundía un poco más. Definía lo que me pasaba como un sueño demasiado desagradable.
La creatura se acercó  mí, o lo que quedara de mi, tocó mi frente, y un pequeño calor me empezó a invadir, y sentí también mi cuerpo. Moví mi mano, o lo que debiera ser mi mano. Talle con ellas mis ojos –si, nuevamente tenía dos ojos- y las regresé a su posición original a mis costados.
-bienvenido Enzo Alejandro Marcus Lares, haz llegado al oxipodium, mi nombre es Leidenschaft.
-¡que sueño tan estúpido! –sí, lo sé, fue demasiado instintivo, pero fue lo único que pensé en decir, después de todo, lo que sucedía no tenía nada de real.
-más estúpida parece ser tu arrogancia –dijo con tal diplomacia que su sarcasmo apenas y fue insultante –ahora déjame explicarte que es lo que sucede.
-por favor, ¡esto es estúpido! –insistí.
-no tengo tiempo de atener gente como tú, pero el reglamento me marca que debo hacerlo, así que considera que toda amabilidad de parte mía es solo hipocresía. El día 28 de noviembre del 2010 en tiempo terrestre, cometiste acto de suicido, por razones que nosotros desconocemos totalmente. Después de morir todo ser debe entregar su cuerpo físico antes de pasar al cielo o infierno, según lo corresponda. En la sala “B” que es donde estamos ahora, es donde entregas tu cuerpo físico…
-¡en serio que esto es demasiado  estúpido!
-eres algo nefasto, ¿lo sabías?
-es que no puedo haber muerto, mucho menos suicidado. Estaba a dos días de mi boda, y mi vida era demasiado perfecta para cometer suicidio.
-¿en serio? –preguntó en un tono burlesco
-definitivamente.
-lo dudo, pero eso no me toca juzgar a mí.
-porque no tienes pruebas.
-tengo pruebas de que has muerto ¡mira tu cuerpo! Niégame que seas tú.
Señal hacia un cuerpo, el cuerpo ubicado a mi lado, y era justamente yo quien estaba ahí.
-mira la herida que tienes sobre tu ojo derecho, esa herida de bala, la puedes ver ¿cierto?
-¡es ridículo! –Dije agitando mi cabeza para sacudir las ideas- eso no es ninguna prueba, no existe la vida después de la muerte.
-eres demasiado terco, pero en eso tienes razón. No existe la vida después de la muerte, por eso nunca dije que estuvieras vivo, esta es la muerte después de la vida, y para que creas, te invito a tocar tu cuerpo, adelante, siéntelo y veras que tan real es. Mas no olvides que es un cuerpo físico, el cuerpo en el que ahora deambulas es un cuerpo espiritual, eres un espíritu.
Toqué mi viejo cuerpo, era tan real, introduje mis nuevos dedos en la perforación de la bala, al mismo tiempo me di oportunidad de ver mi nueva mano, y siguiendo el antebrazo, y el resto de mi nuevo cuerpo, y me llené de terror ante su forma, tan distinta a mi cuerpo anterior, que era atlético, alto y robusto, sin comparativa con mi cuerpo espiritual, escuálido, pálido y débil, y lo que más me asusto, estaba repleto de cicatrices por todas partes.
-¿¡Qué demonios es esto!? –Grite demasiado exaltado- ¡es repugnante!
-sí, es lo mismo que pensé yo al verlo, pero ¿Qué se le va a hacer? Ese es tu cuerpo.
- no no no, esto no es mi cuerpo, esto no puede ser mi cuerpo.
-esos son los cuidados que le diste a tu cuerpo espiritual, tal vez tu cuerpo físico estaba en mejor estado, pero este es el nuevo cuerpo que poseerás por siempre.
-es sonó tan ridículo.
-el universo es demasiado grande para tener una definición especifica de ridículo, tu eres ridículo para mí.
-¿en qué punto parezco ridículo yo?
-eres un suicida, para mí eso es suficiente.
-¡yo no me suicidé! -grité con todas mis fuerzas y con un movimiento brusco de mis brazos derribe una pequeña mesa
-¡detente! –grito ella poniendo su mano en mi pecho, y sin siquiera moverse me arrojó a la pared –espero ya estés más tranquilo –dijo recuperando la postura, mientras yo por mi parte me puse de pie y me retorcí del dolor.
-en caso de que si –dijo al darse cuenta que no iba a responder su pregunta –te invito a que vuelvas a sentarte. Hagamos las cosas más tranquilos ¿quieres?
-¿Cómo coños hiciste eso?
-¿arrojarte a la pared? Es simple, eres un espíritu, eres muy ligero. Ahora por favor siéntate para poder explicarte lo que sucede –obedecí- te explicaré desde un principio otra vez. Este lugar se llama oxipodium, y es donde debes pasar antes de definir si vas al cielo o al infierno, y aquí debes entregar tu cuerpo físico, separamos lo que sirve y no sirve de él.
-eso de separar, creo que lo debieron haber hecho después de separar mi cuerpo espiritual, es demasiado doloroso.
-¿Cómo sabes que ya lo separamos?
-pues mientras sacaban la materia reciclable de mi, pude sentir todo.
-¿estabas despierto?
-sí, ¿es raro?
-solo un poco –contestó en un tono infantil – en fin, el punto es que este es el punto de partida entre el cielo y el infierno, en la mayoría de los casos se define por el comportamiento en la tierra, pero en el caso de los suicidas…
-te dije –interrumpí –que no soy…
-cállate – antes de poder justificarme, me asilenció, puso su mano sobre mi boca, y mis palabras se atoraron en mi garganta –no quiero escuchar eso de nuevo, a mi no me interesa. En el caso de los suicidas, como aparentemente eres tú, se les asigna a un sorteo, donde se les dará un numero, y se decidirá su final, ese es tu caso.
-no, es que, ¡cada cosa que sucede suena tan ilógico! Si no fui la persona perfecta, puedo asegurarte que por lo menos fui una persona merecedora del cielo.
-ha ha –se rió de mi respuesta –estabas a punto de casarte, ¿y cuáles eran tus intenciones de hacerlo? ¿Amor? ¿O responsabilizaremos de esto al embarazo de tu futura esposa?
-…
-ahora tienes que ir a la sala h135 a que te asignen un numero, y después irás con Zeit, quien te ayudara a procesar esto, literalmente más rápido.
-¿a procesar qué? ¿Este sueño?
Por la manera en que se arrugó su rostro, entendí que mi comentario le fue demasiado molesto, incluso su voz cambio, no sonaba a la de una mujer, ni la de un niño como en las ocasiones pasadas sucedió, ahora sonaba a un ente extraño demasiado molesto.
-¿Qué clase de creatura estúpida eres? Maldito arrogante ¡aun no entiendes que has muerto! –se tomó un respiro, y su voz se volvió normal de nuevo – en fin, quien sufrirá por ello eres tú, y espero que sufras demasiado. Ahora vete de aquí y dirígete a la sala h 135.
Tocó mi frente, y mi vista se apagó, cuando volví a ver, estaba en un lugar muy diferente al anterior.

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